viernes, 20 de noviembre de 2009

¿Pueden los cristianos pecar por largo tiempo ? ¿Y como pueden saber esas personas si su pecado es fracaso temporal o prueba de que no son salvos?

Obviamente en la Escritura vemos que algunos creyentes a veces pecan gravemente y por largos periodos de tiempo. David es un ejemplo (2 Samuel 11-12; Salmo 51); Lot es otro (2 Pedro 2:7-9). Cristianos que pecan de esa forma no deben esperar disfrutar seguridad. Por supuesto, los verdaderos creyentes no pierden su salvación cuando pecan ( Romanos 8:35-39), pero aún David testificó que él había perdido el gozo de su salvación (Salmo 51:12).

Cuando los creyentes pecan, deshonran a Cristo (1 Corintios 6:15-17). Ellos entristecen al Espíritu Santo (Efesios 4:30). Se sujetan a la disciplina de un Padre amoroso (Hebreos 12:5-7). Si algunas personas pueden continuar en pecado sin experimentar disciplina divina, algo está mal. “Pero si os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos (v. 8).

El Señor estableció un proceso para cuando uno enfrenta a un creyente que peca:
“Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. Y si rehúsa escucharlos dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuesto. En verdad os digo: todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:15-20).

Note que el proceso de la disciplina que Jesús estableció, es específicamente determinar si la persona en pecado es verdaderamente un hermano, un hijo de Dios, o un extraño de afuera. “Si te escucha [si se arrepiente], has ganado a tu hermano” (v.15). Pero si finalmente, “si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuesto” (v. 17) – como un incrédulo, y entonces debe ser tratado con intenciones evangelísticas. El Señor luego dice que Él personalmente media Su ley en el mundo por medio de ese proceso (v. 20).

Nadie que persiste en pecado y rebelión deliberadamente contra el Señor, debe ser alentado con promesas de seguridad. Si conoces a alguien así quien profesa fe en Cristo, sigue el proceso Mateo 18 y llama a esa persona al arrepentimiento. Pero no lo animes con las promesas de seguridad. Una persona así puede estar aferrada a una falsa esperanza.

Articulo tomado de www.gracia .org

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